La fecha fue elegida en homenaje a Miguel Najdorf, una importantísima figura del ajedrez mundial. De origen polaco y radicado en Argentina, fue reconocido por la FIDE como Gran Maestro Internacional en 1950, año en que la misma institución crea el sistema de títulos oficiales. Najdorf es considerado de los mejores jugadores del mundo; en los años `40 y `50 y se destacó en la curiosa modalidad de partidas simultáneas de “ajedrez a ciegas”.

El Ajedrez, así como otros juegos, están siendo cada vez más tenidos en cuenta en ámbitos educativos. Hoy día existen una serie de programas y organizaciones dedicadas a la capacitación de docentes para su introducción en las aulas. Incluso cuenta con su propio trayecto en el campo académico; la Universidad de Tres de Febrero dicta una Diplomatura en Enseñanza de Ajedrez, es abierta a la comunidad y pueden cursarla incluso aquellos que no saben jugar.

Carolina Hurtado campeona provincial y subcampeona nacional es docente de ajedrez, entrenadora y una apasionada del tema. Creadora de la escuela «India de Dama» en la ciudad de La Plata y fundadora del programa de Ajedrez Escolar allí, asegura que el ajedrez es un medio para el aprendizaje más que un fin en sí mismo; ya que al tratarse de un juego, puede conducir a muchísimos objetivos: en el ámbito escolar el ajedrez puede utilizarse para aprender geografía, matemáticas, geometría, y es generador de un sinfín de personajes y géneros literarios. Tampoco puede dejarse de lado el impacto del ajedrez en ciertos procesos de la historia y su relación con la cultura de cada país. Desde su historia personal, asegura que el ajedrez la acompaña desde su infancia y es el responsable de muchos vínculos afectivos que surgieron en campeonatos y torneos.

Si bien no hay estudios científicos específicos sobre el tema, la introducción del ajedrez como actividad en diversas instituciones pudo demostrar resultados positivos en la sociabilidad y rendimiento de los jugadores. Carolina también se ocupó de introducir el ajedrez en centros de día que albergan a chicos y chicas en situaciones de vulnerabilidad, algunos habituados a cierto nivel de violencia y falta de interés en actividades lúdicas. Esa experiencia le permitió ver cómo este juego particular condujo a nuevas amistades y fue capaz de mejorar el rendimiento escolar y bajar niveles de violencia. Según ella, en el ajedrez “todos estamos en las mismas condiciones, nos enfrentamos con la misma cantidad de piezas y lo que entra en juego es tu cabeza; las reglas son iguales para ambos y eso nos coloca en las mismas condiciones para jugar”. Nos cuenta también cómo el ajedrez nos enseña mucho más que mover piezas y comer las del oponente, el famoso “tocada movida” por ejemplo; nos enseña que nuestras acciones tienen consecuencias, que si se toca una pieza, hay que moverla porque así son las reglas, y como en la vida, uno tiene que planificar eso que va a hacer antes de tomar acciones. Y después de todo, como en cualquier juego, si nos equivocamos, no pasa nada.

Otra particularidad que destaca es que al finalizar la partida dos desconocidos entablaron una relación donde no hay “grito de gol”. En este sentido, el qué perdió no tiene por qué sentirse mal por eso, y la partida se cierra con un saludo, un código de caballeros antiquísimo que es común a todos.

Un eje de debates sobre su condición de deporte y los beneficios para el desarrollo cognitivo de este juego abre un abanico de posiciones que involucra a aficionados, grandes maestros y a la comunidad científica en general. Lo que no se puede poner en duda, es que poner las fichas sobre el tablero y dirigir un equipo de 16 piezas abre camino a un mundo de reflexión sobre las propias decisiones y el impacto de las acciones del contrario donde antiguos personajes ponen el cuerpo dando batalla a miles de historias para contar.

Si te interesa profundizar en el tema, te dejamos algunos enlaces de interés:
Charla TEDx Río de La Plata- Ajedrez para la vida
Fundación Ajedrez con Panno
Programa Ajedrez Escolar en CABA
Diplomatura para la enseñanza de Ajedrez de la Universidad Nacional de Tres de Febrero