Seño, ¿a qué jugamos?

La recreación está tomando cada vez más relevancia en instancias de capacitación y educación.

Los programas educativos dan cada vez más lugar a este punto y la práctica lúdica se incorpora como una herramienta necesaria en el aprendizaje de contenidos.

En el sistema educativo, la educación Inicial abarca el periodo que comprende entre el nacimiento y el ingreso a la educación básica y es una experiencia única en la historia personal. Mucho de lo que suceda en esta etapa tendrá una impronta en futuros aprendizajes y trayectos educativos.

Es importante recalcar la importancia del juego en la primera infancia, desde el inicio de la vida, el niño o niña juega con cualquier objeto que puede mirar, tomar, o llevarse a la boca. A su vez, “la infancia” no se trata de una etapa que es vivida del mismo modo por todos los chicos. Hoy se habla de “infancias” para explicar que es una construcción social que tiene que ver con un momento histórico, cultural y familiar en que cada niño se desarrolla. En este sentido se puede afirmar que cada uno juega de distinta manera y con juegos diferentes, y desde toda normativa es un derecho de todos los niños.

Durante los últimos años se puso el foco en los juegos tradicionales, aquellos que se transmiten entre generaciones y perduran a lo largo del tiempo. En las instituciones de nivel inicial, por ejemplo, se ha investigado mucho sobre el juego en generaciones precedentes. Es frecuente observar la implementación de proyectos sobre juegos tradicionales para los festejos del Día de la Tradición, por ejemplo. Una búsqueda que alienta a que los niños conozcan juegos como la carrera de la sortija, el sapo, o el balero y observar que algunos de esos juegos han cambiado y otros han permanecido. Retomar ese tipo de juegos para su enseñanza en la escuela es considerarlos parte de nuestra historia.

El juego también cobra importancia en las áreas del lenguaje y la matemática como estrategia metodológica. Por ejemplo, se juega al bowling para contar los bolos, sumar puntajes, organizar el espacio, etc. En esa línea podríamos mencionar otros juegos como la oca, el ta-te-ti, el Memotest y la lotería o el dominó. Sin embargo, los niños diferencian bien cuando están jugando y cuándo el docente ofrece materiales de juego, pero con reglas explícitas que hay que aprender y cumplir para poder jugar. Justamente lo que caracteriza al juego es que instaura otro orden, un mundo ficticio y paralelo con libertades que se dan los jugadores para ser parte del juego, en el que establecen reglas propias. En este sentido es importante hacer una diferenciación entre juego y actividades para aprender contenidos.

Especialista consultada: Gabriela Castagno, referente de formación docente en el Nivel Inicial.