Cuando la magia entra en juego

Dicen que no hay magia posible sin un mago, su público y un contrato entre ambas partes, por lo que no hay ilusión sin alguien dispuesto a dejarse ilusionar.

Así es que en el mundo de la magia lo imposible se hace posible.

Magia Ruibal es una nueva colección de cuatro sets de trucos diferentes para que los más chicos puedan practicar y sorprender a sus familiares y amigos. Con un poco de ayuda, van a poder interpretar los trucos y dar sus primeros pasos en el fascinante mundo de la magia.

La colección contiene trucos de magia clásicos y se caracteriza por su novedoso diseño con ilustraciones realizadas por Cristian Turdera, un verdadero mago de dibujo. La estética está inspirada en la historia de grandes magos reflejada en antiguos afiches de promoción.

La promoción de los espectáculos de magia

Parte de la historia de la magia es posible de ser reconstruida a través de una pieza clave en su estética y promoción: los carteles-retrato. Son afiches ilustrados que cada mago encargaba y utilizaba como herramienta de promoción para sus espectáculos. Grandes magos del mundo tales como Carter, Nicolay, Feodorovich y Fu Manchú son reconocidos por sus impactantes carteles. Éstos fueron elementales para la identificación de cada protagonista: los ilusionistas, por un lado casi siempre vestidos de frac se diferenciaron de otros magos que lucían atuendos orientales o hindúes. Los primeros lucían refinadas vestimentas de gala, con las que se presentaban ante el público y pretendían dar una imagen particular: caballeros europeos, de origen impreciso y vaga ascendencia aristocrática. Era habitual que se los mostrara rodeados de sus trucos más utilizados, como levitaciones, hipnotismos, conejos multiplicados y palomas.
El efecto de estas piezas gráficas era el de transmitir el misterio y la fascinación de sucesos inexplicables que ocurrían en cada función.

Argentina: sede de magia

La magia en nuestro país tiene su propia historia. Reconocidos magos como Fu Manchú, y luego Alex Mir dieron lugar a fantásticos relatos gracias a sus conocimientos y promoción de la magia. El primero, de origen británico pasó muchos años de su vida desarrollando su carrera en Argentina y sin duda su mayor exponente.

Por su parte, Alejandro Miroli, conocido como Alex Mir fue el organizador del Congreso Mágico Argentino y quién llevó adelante la “Semana Mágica” en noviembre de 1957. Allí se reunieron magos famosos que organizaron espectáculos, conferencias y compartieron algunos (y sólo algunos) de sus secretos. Miroli fue a su vez autor de varios libros sobre prestidigitación, ilusionismo y ciencias recreativas, así como de originales trucos y juegos de magia e ingenio. Por si fuera poco, también desarrolló juegos instructivos y de entretenimiento. Los que lo conocieron coinciden en que fue une xcelente divulgador de la magia y un hábil publicista que supo conquistar a chicos y grandes con sus historias y enseñanzas.

Si la magia necesita entonces de un contrato entre el ilusionista y el espectador, es porque cuenta con sus propias reglas para sostener esa ilusión. Si pensamos esa regla como necesaria, es similar al pacto al que accedemos a la hora de jugar y adaptarnos a las reglas que el momento y la situación nos proponen. Jugar es entonces, situación de pura magia.